La razón en el corazón: entrevista exclusiva con Gerardo Molina

En un tiempo donde las emociones parecen gobernarlo todo, el reconocido escritor del best seller Gerardo Molina lanza una novela que desafía las corrientes actuales con una propuesta radical: el retorno a la razón como motor de la existencia.

Actualidad28/05/2025
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Su obra, La razón en el corazón, combina narrativa apasionada con una profunda defensa del objetivismo, la filosofía creada por Ayn Rand. Conversamos con él sobre esta propuesta literaria que ya comienza a dar que hablar.



Molina, ¿cómo nació La razón en el corazón?


Gerardo Molina: Nació como una respuesta a una pregunta que me hice hace años: ¿puede
la razón ser el centro de una historia de amor? Vivimos en una época sentimentalista, donde se exalta lo irracional. Quise escribir una novela que no se arrodille ante la emoción, sino que la integre en su lugar justo, subordinada a la conciencia racional. De ahí el título:


La razón en el corazón, no como opuestos, sino como una jerarquía natural.


¿Por qué eligió el objetivismo como base filosófica?


Molina: Porque es la única filosofía que reivindica la razón, el individualismo moral y la
productividad como virtudes.

En una cultura que glorifica el sacrificio y la victimización, el objetivismo propone que el hombre no es un ser caído, sino un ser capaz. Mi novela presenta personajes que viven según estos principios, y eso los convierte en héroes modernos, no en mártires.


¿Quiénes son los protagonistas de la novela?


Molina: Pedro es un arquitecto y escritor que se rebela contra la decadencia cultural de la ciudad donde vive. Azul, una pintora que también ha rechazado el arte nihilista contemporáneo, es su complemento. No se salvan el uno al otro; se reconocen como iguales.

Su amor no es dependencia, es celebración de valores compartidos. Viven en un pueblo simbólico: Atlas, una comunidad que funciona como metáfora de lo posible cuando los individuos son libres y racionales.


Algunos críticos dirían que su novela es una utopía racional…


Molina: No lo es. No creo en las utopías. Lo que describo es una posibilidad real si se cambia el eje moral de la sociedad. No propongo una perfección imposible, sino una vida racionalmente posible para quienes rechazan el parasitismo emocional, político y económico.


¿Cómo equilibra el discurso filosófico con la narrativa?


Molina: Lo clave fue que los personajes vivan la filosofía, no la expliquen como si fueran
tratados académicos.

Cada decisión, cada diálogo, cada conflicto, está atravesado por los valores del objetivismo. Pero nunca se sacrifica la tensión narrativa. La novela no predica: muestra. Es el lector quien extrae conclusiones.


¿Cuál es la crítica central que la novela le hace a la sociedad actual?


Molina: Que hemos sustituido el mérito por la victimización, la razón por la emoción desbordada, y el esfuerzo productivo por el culto a lo fácil. Mi novela propone un contraataque: construir una vida en base a principios, no a caprichos. Y muestra que eso no solo es ético, sino profundamente apasionante.


¿Podríamos decir que es una novela de amor?


Molina: Es una novela de amor a la razón, al trabajo creador, a la libertad. Pero también, sí, a ese amor entre dos personas que se eligen no porque se necesitan, sino porque se admiran. El amor, para mí, es la respuesta emocional a los valores racionales más elevados. Eso es lo que viven Pedro y Azul.


¿Qué espera el lector sienta al terminar la novela?


Molina: Que quiera vivir con más intensidad, con más propósito. Que no se conforme con sobrevivir o adaptarse, sino que decida ser el protagonista de su vida. La razón en el corazón no es un consuelo: es un llamado a la acción racional. Y eso, en el fondo, es lo más humano que existe.

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