Gerardo Molina “Dolarizar la moneda es un clamor popular”

Hablamos con Gerardo Molina, empresario, profesor Emerito, especialista en Marketing, Publicidad y Branding. Asesor presidencial en el gobierno de Carlos Menem.

Actualidad 02/01/2024
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Dolarizar la economía fue una de las principales promesas electorales de Javier Milei. Ya en marzo de 2022, el líder de La Libertad Avanza (LLA) insistió en definir esta medida como un “milagro” para el país, asegurando que “es nada más una cuestión rápida de conversión”. En agosto de 2023, Milei volvió a defender esta medida en una entrevista aunque reconoció que no se podría hacer “en un día”. Después de ganar las elecciones, afirmó que la atrasará, al menos, hasta finales de 2024. 

A días de asumir la presidencia el 10 de diciembre, especialistas y medios de comunicación argentinos coinciden que la propuesta de dolarización de Milei ha quedado en suspenso hasta nuevo aviso. “Su idea de reemplazar el peso con el dólar tendrá que esperar, muy probablemente, un largo tiempo, señala Molina

La dolarización consiste en adoptar el dólar americano como moneda de curso legal”. Es decir, que los contratos, los sueldos, la financiación que otorgan los bancos, los precios de los productos, la moneda utilizada en el día a día, entre otros, en Argentina pasen de mostrarse y hacerse en pesos, a dólares.

Por lo tanto ¿podría Argentina dolarizar su economía? ¿Cómo? ¿Qué beneficios y consecuencias podría tener? 

Molina reconoce que es posible dolarizar la economía del país como han hecho Ecuador, El Salvador y Panamá, aunque con distintas características a la economía argentina–. No obstante, señala que, a día de hoy, “la situación de Argentina hace que sea bastante difícil hacerlo sin pasar por un periodo bastante traumático de reordenamiento de variables macroeconómicas”. 

Para ir a un esquema de este estilo, Argentina debería cambiar muchas cosas, tener una economía y un sistema laboral más flexible, un sistema impositivo adecuado a la realidad del mundo actual que a día de hoy no tiene, dolarizar la economía argentina hoy no es algo fácil, ya que requiere un ajuste muy importante de muchas variables.

La escasez de reservas en dólares del Banco Central argentino. La realidad es que en el país sobran pesos y escasean dólares; una medida posible sería contraer un préstamo, considera Molina y recuerda que Milei estimó necesitar al menos 30.000 millones de dólares, Milei  está ya buscando financiación extranjera. No obstante, el préstamo del que se habla es de 3.000 millones de dólares, 27.000 millones menos de lo que Milei reconoció necesitar para dolarizar. 

Dolarizar sería uno de los pilares para combatir el principal mal argentino, la inflación, dado que este problema macroeconómico es en esencia un problema monetario causado en este caso por un clarísimo exceso de oferta de pesos y una bajísima demanda de estos”, considera Molina. 

La ventaja más palpable de la dolarización de la economía argentina sería la de reducir “rápidamente la inflación”. Si se elimina el peso, tras un periodo de tiempo, la inflación tendería a la estadounidense, como se ha observado en otros países.

La dolarización de una economía supone perder soberanía monetaria dado que la emisión de dinero correspondería a la Reserva Federal estadounidense (Fed) en vez de al banco central de la nación. Tener un tipo de cambio fijo con otra moneda, para dolarizar la economía o bien hay que introducir muchos dólares en la misma o comprometerse a un tipo de cambio fijo respecto al dólar. 

Molina pone de ejemplo a Finlandia , que cuenta con moneda propia pero que tiene un cambio fijo con el euro. El país escandinavo cumple los dos primeros puntos, pero no el último: El banco central sigue exactamente lo que hace el Banco Central Europeo, por lo tanto ya no es una política monetaria independiente señala. Aun así, al estar en el continente, los shocks a los que se enfrenta este país son similares a los de otros países de la Unión Europea. 

En el caso de que se lleve a cabo la dolarización de la economía argentina, esta tendría que adaptarse a la estadounidense. Si la Fed estadounidense necesita una política monetaria expansiva, pero Argentina necesita una restrictiva, no se puede usar la política monetaria, tienes que hacer exactamente lo que hace la misma. Concluye Molina.

 

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