
En la provincia de Buenos Aires, el precio del pan subió un 12% y ya supera los $3.000 por kilo en las zonas céntricas. El ajuste responde a la suba de insumos, tarifas y alquileres, mientras el consumo de pan cayó 50% y el de facturas, 85%.
Mientras Alvin Holsey habla de la “amenaza china” en la cumbre de seguridad, las potencias ya juegan sin tapujos en territorio argentino: puertos, litio, radares y agua dulce. El riesgo no es teórico: si Argentina no define un rumbo propio, la fragmentación territorial se vuelve un escenario posible.
Actualidad20/08/2025El Comando Sur pone el mapa sobre la mesa
“La geopolítica no espera” y “No hay amigos, ni enemigos permanentes, solo intereses”. Téngalo presente. Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, no se anduvo con rodeos: China es “una amenaza para los pueblos” y busca “exportar su modelo autoritario”. La frase, dicha en Buenos Aires, no es un exabrupto; es un aviso. Estados Unidos habla desde su lógica realista: los recursos, los mares y los pasos estratégicos del sur continental no están en discusión, se controlan. Y si el control hoy no es suyo, lo será mañana.
Mientras tanto, nuestra dirigencia se emociona con fotos y reconocimientos. Luis Petri sonríe en la cumbre regional Southdec 2025 como si estuviera en un cóctel diplomático, pero lo que se discute en serio es quién se queda con el Estrecho de Magallanes, el Paso Drake, la Antártida y la Patagonia como una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Y ahí no hay lugar para ingenuidades: ninguna potencia perdona. Ni Washington, ni Beijing, ni Moscú, ni Tel Aviv, ni Londres.
Recursos en disputa, potencias al acecho
China ya tiene radar en Neuquén, telecomunicaciones con Huawei y ZTE, hidroeléctricas en el sur chileno y la avanzada frustrada de un puerto en Tierra del Fuego. Estados Unidos, por su parte, mete dólares en Plaza Logística, litio en el norte y defensa a través del FMI. Reino Unido no oculta su mirada sobre la Antártida: diarios británicos escriben sin pudor sobre “llegar antes que Argentina” a la supuesta bonanza petrolera del continente blanco. Rusia opera desde la Antártida con su sistema GLONASS y observa el Atlántico Sur como un corredor clave. Israel, silencioso pero eficaz, avanza a través de Mekorot en el agua.
Cada jugada internacional está escrita en la misma clave: ocupar espacios, asegurar puertos, ganar influencia. Y mientras tanto, en Buenos Aires los discursos giran en torno al alineamiento ideológico, como si elegir entre Trump y Xi resolviera el problema.
Sopa de reconocimiento y desmembramiento
La dirigencia local se fascina con diplomas de Occidente o guiños de Oriente, como si la política exterior fuera un Tinder ideológico y no la defensa de los intereses nacionales. Milei se abraza con Washington, Cristina alguna vez lo hizo con Beijing, y en ambos casos el resultado es el mismo: cesión de soberanía. La pregunta no es si estamos más cerca de una bandera u otra, sino cuánto más de nuestro territorio entregamos sin darnos cuenta.
Porque el riesgo no es simbólico. Ya hay bases extranjeras, empresas que manejan la energía y el litio, contratos con cláusulas opacas y convenios que entregan propiedad intelectual de nuestros recursos. El paso siguiente no es difícil de imaginar: fragmentación territorial. Si un día Argentina no puede sostener su control en Tierra del Fuego, en el Atlántico Sur o en el propio Gran Norte, no será porque “la comunidad internacional” lo decidió, sino porque las potencias lo impusieron.
El realismo político enseña algo básico: los órdenes internacionales no nacen de consensos, nacen de la fuerza. Estados Unidos actualiza su doctrina sobre el Atlántico Sur, China se acomoda en cada vacío que encuentra, Europa sueña con la Antártida y Rusia no suelta su presencia. Todos tienen un plan, menos nosotros.
La dirigencia local, entre selfies con uniformados extranjeros y coqueteos ideológicos, juega a sentirse parte de la mesa. Pero la mesa es de ellos, y nosotros somos el menú. Y si Argentina no reacciona, el riesgo no es quedar aislados: es quedar desmembrados.
En geopolítica, los ingenuos no sobreviven. Una frase para recordar, de un Estadista argentino, guste o no: “Ningún imperialismo perdona”, pertenece a Perón. Traducción de calle: “El que se pone de novio, termina embarazado”.
El mapa de las potencias en Argentina
En el tablero argentino no hay inocentes ni socios desinteresados. Cada potencia juega con bisturí y ambición, y lo que buscan no es secreto: recursos, control territorial y proyección estratégica.
-Estados Unidos quiere blindar su influencia sobre el Atlántico Sur y el Cono Sur. Compra litio, oro y plata en el norte, mete capital en logística y energía, financia con préstamos vía FMI y presiona en defensa para tener a las Fuerzas Armadas alineadas. Busca frenar a China y garantizar que los corredores marítimos sigan bajo su paraguas.
-China avanza en silencio pero con la billetera pesada. Ya tiene el radar de Neuquén, controla parte de las telecomunicaciones con Huawei y ZTE, invierte en energía (hidroeléctricas, electricidad en Chile) y quiere su puerto en Tierra del Fuego. Lo que busca es simple: consolidar rutas alternativas al Canal de Panamá y asegurarse un pie en la antesala de la Antártida.
-Israel se mete por donde pocos miran: el agua. A través de Mekorot ya pisa provincias argentinas y asesora a AySA. El recurso más sensible del futuro —y ya del presente— pasa a ser parte de su tablero. Lo que quiere es exportar su modelo de “gestión hídrica” y, de paso, asegurar contratos estratégicos de largo plazo.
-Reino Unido nunca soltó el sur. Con Malvinas como base militar y económica, ahora recalienta su interés por la Antártida. Sueña con explotar petróleo y minerales cuando el Tratado lo permita. Lo que busca es prolongar su rol de potencia marítima y adelantarse a cualquier reclamo argentino.
-Rusia juega más frío, pero juega: presencia satelital y tecnológica en bases antárticas, vínculos militares y un ojo en los pasos interoceánicos. Su búsqueda es clara: proyectar poder en la zona donde EE.UU. y China se miran de frente.
La Patagonia y la Antártida no son paisajes: son reservas estratégicas de agua, energía y minerales que definen la geopolítica global.
En la provincia de Buenos Aires, el precio del pan subió un 12% y ya supera los $3.000 por kilo en las zonas céntricas. El ajuste responde a la suba de insumos, tarifas y alquileres, mientras el consumo de pan cayó 50% y el de facturas, 85%.
El Gobierno de Milei avanza en silencio una trama de vínculos con el Reino Unido y Estados Unidos que apunta a la instalación de una base militar en el sur argentino. Reuniones reservadas, conferencias “académicas” y acuerdos que diluyen la causa Malvinas en nombre de un nuevo alineamiento geopolítico.
En la Argentina, una de cada tres familias habita una vivienda inadecuada: casas sin baño, con conexiones eléctricas precarias o sin acceso al agua. Más de cinco millones de personas viven en barrios populares y un millón en hacinamiento crítico.
Con una pérdida real del 32 % desde noviembre y el empleo formal en retroceso, el salario mínimo argentino cayó a su nivel más bajo en casi un cuarto de siglo. La política antiinflacionaria de Milei logra frenar precios, pero al costo de pulverizar ingresos y consumo.
Bajo la consigna “Somos productores, no esclavos del saqueo”, un grupo de chacareros realizará este sábado un “tractorazo” contra el fin de las retenciones cero a los granos.
Triple femicidio en Florencio Varela y la opinión pública ¿se conmueve?.Brenda, Lara y Morena fueron secuestradas, torturadas y asesinadas. La policía como auxiliar de la justicia buscó a un joven de 20 años, de nacionalidad peruana y lo encontró.
La agencia que maneja Juan Pazo habilitó en su web datos sensibles de contribuyentes argentinos en bancos de EE.UU. y luego lo llamó “fallo de interfaz”. El episodio muestra que el intercambio FATCA funciona y que el fisco sabe más de lo que dice.
El FMI elogió los “avances” de Milei contra la inflación, pero lo retó en público: sin reservas en el Banco Central y sin acuerdos políticos, no habrá sostén posible. Palmaditas en Washington, ansiedad en los mercados y una pregunta incómoda: ¿de qué sirve el respaldo si el Gobierno quema dólares y no construye puentes?
Tras diez días de desgaste político y presión del macrismo, José Luis Espert renunció a su candidatura en la provincia de Buenos Aires. El caso Machado lo había dejado al borde del abismo y ni siquiera los punteros libertarios querían militar su cara.
Tras la caída de Esper por su conexión a un empresario procesado por narco, el oficialismo libertario busca borrar su rostro de las boletas para evitar el efecto “piantavotos”.
Este sábado la Policía realizó una serie de allanamientos en José C. Paz y Malvinas Argentinas. Es un desprendimiento de una compleja investigación que lleva adelante la justicia de una banda dedicada a la venta de cocaína Premium.
Con tan sólo 10 años de edad, la patinadora local Ambar Iriondo, representante de patín artístico SAPA, participó este fin de semana del campeonato Nacional de San Luis, en el estadio Ave Fénix.
Rocio Stancanelli, contó a los medios locales que en la edición número 2 de esta colección, se relata las aventuras que vive la protagonista Juanita.