
Desde principios de julio, la mente de Cristian Ávalos atraviesa una mezcla de bronca, impotencia y claridad política. Tras 26 años de servicio conduciendo un colectivo para la Empresa del Oeste, fue despedido por segunda vez de esta línea que une la zona oeste con CABA y zona norte, una confirmación de que su compromiso sindical es una amenaza para el poder empresario.