
El Gobierno avanza con una reforma que flexibiliza vacaciones, salarios y horarios. Detrás del discurso de “modernización”, el mileísmo recompone viejas reglas de los 90 y concede al capital una ventaja inédita.




El miércoles se votará el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario. Estudiantes, docentes y rectores preparan una movilización federal frente al Congreso. El Gobierno, lejos de calmar las aguas, denunció a la UBA por repudiar la medida en su web oficial.
Actualidad14/09/2025
Se realizará en el Congreso
La semana política ya tiene fecha y lugar: miércoles a las cinco, Congreso de la Nación. Ahí se cruzan dos escenas que parecen calcadas de un manual de conflicto: adentro, los diputados contando porotos para ver si logran rechazar el veto de Milei a la ley universitaria; afuera, miles de estudiantes, docentes y no docentes marchando para defender lo que sienten como la última trinchera.
El clima es de final abierto. Los sindicatos universitarios aseguran que “está todo recontrajusto” y hablan de 166 votos confirmados, un número que no alcanza para dar vuelta la jugada. En el Congreso nadie se anima a firmar el resultado, pero todos saben que el costo político de dejar a las universidades sin financiamiento es alto. Muy alto.
Mientras tanto, el Gobierno decidió meter más nafta al fuego: denunció a la Universidad de Buenos Aires por haber redirigido su web oficial hacia un sitio con el lema “No al veto”. Una medida insólita que terminó de sellar la narrativa de Milei contra las universidades, justo cuando más necesitaba mostrarse dialoguista.
El Ministerio de Capital Humano acusa a las autoridades de “incumplimiento de deberes” y pide una investigación judicial. Traducido al criollo: más pelea, menos puentes.
La comunidad universitaria, que ya había avisado que marcharía si el veto se concretaba, no dudó en redoblar la apuesta. El Consejo Interuniversitario Nacional, que reúne a todos los rectores, convocó a una conferencia de prensa para advertir que las casas de estudio están en “estado crítico”.
Los gremios, por su parte, declararon un paro y aseguran que la marcha federal de este miércoles puede ser tan masiva como la histórica movilización de abril.
El trasfondo es claro: las universidades son un símbolo que excede a la academia. Para millones de argentinos, representan la posibilidad de ascenso social y un orgullo nacional que atraviesa generaciones.
Tocar esa fibra sensible no es gratis. Y Milei eligió hacerlo dos veces en menos de un año.
El miércoles, entonces, se juega más que un número en el tablero legislativo. Se juega la pulseada política entre un gobierno que quiere mostrarse inquebrantable en su cruzada contra el “gasto público” y una comunidad universitaria que, por primera vez en mucho tiempo, logró unir a rectores, sindicatos y estudiantes detrás de una misma bandera.
El resultado es incierto. Lo único seguro es que el Presidente logró algo que parecía imposible: poner a la universidad pública en el centro de la escena nacional. Y ahí, frente al Congreso, la multitud le va a recordar una obviedad que la política a veces olvida: si se meten con la educación, no hay veto que alcance para frenar la bronca.

El Gobierno avanza con una reforma que flexibiliza vacaciones, salarios y horarios. Detrás del discurso de “modernización”, el mileísmo recompone viejas reglas de los 90 y concede al capital una ventaja inédita.

Tras un año de reclamos, el Ejecutivo otorgó incrementos del 29 al 35% que se cobrarán recién entre marzo y abril. Las organizaciones advierten que el Gobierno sigue actuando fuera de la ley y que los aumentos no cubren ni los costos básicos del sector.

Con salarios licuados, tarifas impagables y precios que no ceden, casi la mitad de los argentinos usa crédito para comprar alimentos. El endeudamiento dejó de ser una decisión de consumo y se volvió una política social de hecho: la deuda cotidiana como salario encubierto.

El contundente triunfo electoral de Javier Milei consolida un hecho que ya trasciende las fronteras argentinas: el liberalismo ha vuelto a ocupar el centro de la escena política regional.

El resultado de las elecciones legislativas nacionales generó un fuerte impacto positivo en los mercados financieros. Tras confirmarse la victoria del Gobierno, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street registraron subas históricas, los bonos soberanos repuntaron y el dólar mostró una marcada baja tanto en el mercado oficial como en el paralelo.

La reciente victoria electoral de Javier Milei ha fortalecido su posición en el Congreso, lo que le otorga una oportunidad clave para avanzar en la reforma laboral que propone. La composición del nuevo Parlamento, con una mayor representación de La Libertad Avanza (LLA), facilita la posibilidad de aprobar proyectos que buscan modernizar el régimen laboral argentino.

Mientras Estados Unidos y China negocian un acuerdo histórico, Donald Trump apostó su capital político y financiero a Javier Milei. El respaldo del republicano estabilizó la economía argentina y selló una alianza que no es ideológica, sino estratégica: recursos, Antártida y control del Atlántico Sur.

Una serie de fábricas molineras han decidido suspender la entrega de harina a las panaderías hasta el próximo lunes. Las razones aducidas apuntan a la incertidumbre económica, falta de precios definidos y presión cambiaria.

Al conmemorarse el 90° aniversario del nacimiento del ex intendente Oscar Sánchez, detenido y desaparecido durante la última dictadura cívico-militar, este martes se realizó un sentido homenaje en la Escuela N°2 de nuestra ciudad, institución que lleva su nombre.

Con el mandato de Máximo Kirchner próximo a vencer, el peronismo provincial se enfrenta a una encrucijada: renovar, confrontar o consensuar. La vicegobernadora emerge como figura de unidad entre tensiones internas.

Con salarios licuados, tarifas impagables y precios que no ceden, casi la mitad de los argentinos usa crédito para comprar alimentos. El endeudamiento dejó de ser una decisión de consumo y se volvió una política social de hecho: la deuda cotidiana como salario encubierto.

Tras un año de reclamos, el Ejecutivo otorgó incrementos del 29 al 35% que se cobrarán recién entre marzo y abril. Las organizaciones advierten que el Gobierno sigue actuando fuera de la ley y que los aumentos no cubren ni los costos básicos del sector.

El Gobierno avanza con una reforma que flexibiliza vacaciones, salarios y horarios. Detrás del discurso de “modernización”, el mileísmo recompone viejas reglas de los 90 y concede al capital una ventaja inédita.