
El Gobierno avanza con una reforma que flexibiliza vacaciones, salarios y horarios. Detrás del discurso de “modernización”, el mileísmo recompone viejas reglas de los 90 y concede al capital una ventaja inédita.




La paliza electoral en la provincia no quedó en casa: medios de Estados Unidos, Europa, Asia y hasta Rusia hablaron de “derrota aplastante” y “golpe a la gobernabilidad”. La mirada internacional expone lo que Milei intenta negar en medio de la corrida y la búsqueda desesperada de dólares.
Actualidad08/09/2025
El espejo extranjero
Las urnas bonaerenses no solo hicieron ruido en Villa Caraza y en la Casa Rosada: retumbaron en los titulares del mundo. Desde Washington hasta Pekín, pasando por Madrid y Doha, la derrota de Javier Milei en la provincia de Buenos Aires se leyó como lo que es: un cachetazo político que desnuda la fragilidad de su experimento libertario.
No se trata de exageración periodística. Los medios internacionales no suelen perder tiempo en elecciones subnacionales, salvo que el impacto exceda la frontera. Y Buenos Aires no es una provincia más: concentra casi el 40% del electorado, una tercera parte del PBI y, sobre todo, es el corazón que define la política argentina. Si Milei pierde allí por más de trece puntos frente a un peronismo revitalizado de la mano de Axel Kicillof, el dato se convierte en “prueba de fuego” de gobernabilidad.
La foto que quedó es letal: el oficialismo apostó a nacionalizar la elección, la convirtió en plebiscito sobre la gestión y terminó masticando derrota. Lo que desde Balcarce 50 intentaron mostrar como un traspié se transformó en las portadas de Associated Press, El País, Al Jazeera y France 24 con palabras que escuecen: “aplastante”, “categórica”, “golpe”. Occidente ya picó boleto: el Milei indomable que se vendía como fenómeno exótico ahora aparece como un presidente débil, sin control de su coalición y acosado por la economía.
Mientras tanto, adentro la película es otra. Caputo intenta convencer de que “no hay crisis, solo ruido político”, mientras el dólar pega saltos, las acciones argentinas se derrumban en Wall Street y el riesgo país vuelve a niveles tóxicos. La política internacional no compra el relato. Los bancos de inversión, que siguen cada movimiento con lupa, ya advierten que la derrota acelera la presión sobre el tipo de cambio y obliga a usar reservas que no existen.
Lo que molesta en la Casa Rosada es que la prensa global lo dice sin anestesia: Milei no solo perdió una elección, perdió la narrativa de invencibilidad. Y en política, la percepción es capital. Si Occidente duda, los mercados huelen sangre. Y lo que hasta hace semanas era un experimento disruptivo hoy aparece como otro gobierno argentino atrapado en la vieja secuencia: entusiasmo inicial, fatiga reformista y caída estrepitosa.
El contraste es brutal: mientras Milei insiste en negar la magnitud del golpe, afuera se lo traduce en términos que cualquier inversor entiende. “Desafío a la gobernabilidad”, “golpe electoral”, “fragilidad política”. Palabras que en la City se convierten en más tasa de interés, menos crédito y presión cambiaria.
La ironía es que el presidente que se jacta de “no arrodillarse” ante nadie, hoy depende de la mirada de esos mismos a quienes desprecia en público y busca seducir en privado. Occidente no le está bajando el pulgar por ideología, sino por un motivo más crudo: no ven reacción política frente a una derrota categórica. Y sin política, no hay economía que aguante.
Lo que se juega en este tablero no es si Milei sigue gritando “¡viva la libertad, carajo!” desde un atril, sino si logra convencer al mundo de que todavía puede gobernar. Porque si las provincias —y en especial Buenos Aires— le retiran apoyo, y los mercados perciben que no hay cambios, lo que se viene no es solo tormenta financiera: es aislamiento político.
El cierre, como siempre, lo pone la realidad. Afuera ya lo entienden: Milei se quedó sin margen. Adentro, el Gobierno sigue repitiendo que la derrota no cambia nada. Pero en política, negar la caída no evita el golpe. Y cuando Occidente ya te picó el boleto, lo que viene es el viaje sin frenos.

El Gobierno avanza con una reforma que flexibiliza vacaciones, salarios y horarios. Detrás del discurso de “modernización”, el mileísmo recompone viejas reglas de los 90 y concede al capital una ventaja inédita.

Tras un año de reclamos, el Ejecutivo otorgó incrementos del 29 al 35% que se cobrarán recién entre marzo y abril. Las organizaciones advierten que el Gobierno sigue actuando fuera de la ley y que los aumentos no cubren ni los costos básicos del sector.

Con salarios licuados, tarifas impagables y precios que no ceden, casi la mitad de los argentinos usa crédito para comprar alimentos. El endeudamiento dejó de ser una decisión de consumo y se volvió una política social de hecho: la deuda cotidiana como salario encubierto.

El contundente triunfo electoral de Javier Milei consolida un hecho que ya trasciende las fronteras argentinas: el liberalismo ha vuelto a ocupar el centro de la escena política regional.

El resultado de las elecciones legislativas nacionales generó un fuerte impacto positivo en los mercados financieros. Tras confirmarse la victoria del Gobierno, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street registraron subas históricas, los bonos soberanos repuntaron y el dólar mostró una marcada baja tanto en el mercado oficial como en el paralelo.

La reciente victoria electoral de Javier Milei ha fortalecido su posición en el Congreso, lo que le otorga una oportunidad clave para avanzar en la reforma laboral que propone. La composición del nuevo Parlamento, con una mayor representación de La Libertad Avanza (LLA), facilita la posibilidad de aprobar proyectos que buscan modernizar el régimen laboral argentino.

Mientras Estados Unidos y China negocian un acuerdo histórico, Donald Trump apostó su capital político y financiero a Javier Milei. El respaldo del republicano estabilizó la economía argentina y selló una alianza que no es ideológica, sino estratégica: recursos, Antártida y control del Atlántico Sur.

Una serie de fábricas molineras han decidido suspender la entrega de harina a las panaderías hasta el próximo lunes. Las razones aducidas apuntan a la incertidumbre económica, falta de precios definidos y presión cambiaria.

Al conmemorarse el 90° aniversario del nacimiento del ex intendente Oscar Sánchez, detenido y desaparecido durante la última dictadura cívico-militar, este martes se realizó un sentido homenaje en la Escuela N°2 de nuestra ciudad, institución que lleva su nombre.

Con el mandato de Máximo Kirchner próximo a vencer, el peronismo provincial se enfrenta a una encrucijada: renovar, confrontar o consensuar. La vicegobernadora emerge como figura de unidad entre tensiones internas.

Con salarios licuados, tarifas impagables y precios que no ceden, casi la mitad de los argentinos usa crédito para comprar alimentos. El endeudamiento dejó de ser una decisión de consumo y se volvió una política social de hecho: la deuda cotidiana como salario encubierto.

Tras un año de reclamos, el Ejecutivo otorgó incrementos del 29 al 35% que se cobrarán recién entre marzo y abril. Las organizaciones advierten que el Gobierno sigue actuando fuera de la ley y que los aumentos no cubren ni los costos básicos del sector.

El Gobierno avanza con una reforma que flexibiliza vacaciones, salarios y horarios. Detrás del discurso de “modernización”, el mileísmo recompone viejas reglas de los 90 y concede al capital una ventaja inédita.