
Las alimenticias prevén otro año de desplome en ventas. El tipo de cambio barato empuja compras externas que maquillan la recesión. El empleo formal cae, la economía popular crece y los ingresos reales se pulverizan. El riesgo: un modelo post Tequila versión siglo XXI, con recesión prolongada y consumo artificial de importados.

















