Un sistema ecológico para tratar aguas residuales domiciliaria

En distintos aglomerados urbanos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se han realizado análisis del agua que muestran presencia de contaminantes en las cuencas de los arroyos y las napas subterráneas, principalmente nitratos y contaminación microbiológica.

Región06/11/2025
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Esto se debe, entre otras cosas, a la forma en que se realiza la disposición final de los efluentes domiciliarios: fundamentalmente por el uso de pozos ciegos o por la descarga sin tratamiento directamente en arroyos.

 

El problema es que de esas mismas napas contaminadas extraen el recurso para consumo las propias familias que habitan esos barrios, sobre todo aquellas que no tienen la posibilidad de comprar bidones todos los días.

 

Esta situación trae consecuencias directas sobre la salud de las personas. Informes científicos confirman que en estas zonas se registra una alta prevalencia de diarreas y otras enfermedades de trasmisión hídrica por virus, bacterias o enteroparásitos, asociadas a la baja cobertura de servicios de saneamiento ambiental básico y fuentes seguras de agua. 

 

Pero cuando la ciencia sale del laboratorio y mete los pies en el barro, para encontrar soluciones. Un equipo de profesionales bonaerenses de cuatro instituciones está desarrollando un sistema ecológico que permite tratar los efluentes domiciliarios de manera natural, a bajo costo, sin necesidad de energía eléctrica ni utilización de agregados químicos. 

 

“Se enmarca dentro de lo que llamamos tecnologías basadas en la naturaleza que son aquellas que utilizan procesos y ecosistemas naturales. Se puede construir con materiales que se consiguen en corralones y ferreterías, de fácil acceso. Y el principal funcionamiento lo hacen microorganismos y plantas”, explicó el biólogo e investigador Ramiro Simonetti, director del proyecto.

 

La iniciativa cuenta con el financiamiento de la convocatoria Ideas-Proyecto de la Comisión de Investigaciones Científicas y la llevan a cabo investigadoras e investigadores de cuatro Instituto de Limnología “Dr. Raúl Ringuelet (ILPLA, que está asociado a la CIC); el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de la UBA y el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF)- Región Pampeana del INTA.

 

Estos sistemas van a ser evaluados en dos barrios comunitarios recientemente loteados que no cuentan con servicios de agua potable el Norita Cortiñas, ubicado en localidad de Guernica (Pte Perón), y el “Crisol”, en el municipio de Moreno. 

En el primer caso se trata de 64 lotes, en el segundo de 109. La intención es instalar un dispositivo por cada vivienda y otro en el SUM de cada uno, donde funcionará una olla popular y copa de leche.

 

“Los sistemas de tratamiento biológico son dispositivos que constan de una etapa de tratamiento primaria y otra secundaria. La primaria es la que se conoce como biodigestor o cámara séptica, en donde lo que se busca es retener sólidos y grasas para eliminarlos del efluente.

En ese proceso se separan partículas sólidas por sedimentación y grasas y aceites por flotación. Luego principalmente bacterias, que no necesitan oxígeno, son las que se alimentan de esos contaminantes”, explicó el investigador.

 

En la segunda etapa, se utiliza “un sistema de humedales artificiales con plantas nativas, que son de la zona. Ahí el agua pasa lentamente, por un sustrato (piedra partida o escombro), se va limpiando y las plantas van metabolizando todos los contaminantes, transformándolos. A la salida de ese sistema, el agua ya se puede infiltrar en el suelo cumpliendo con los valores estandarizados permitidos, sin generar un impacto en el ambiente”.

Este tipo de tecnología se puede construir en estos barrios porque sus vecinos y vecinas planificaron la distribución del territorio para tener espacio suficiente dentro de cada uno de los lotes (que son de 10 mts de ancho por 20 de largo). Es un sistema difícil de replicar en zonas donde haya condiciones de hacinamiento. 

Pero por otro lado, sí se puede desarrollar en cualquier territorio que por su lejanía de urbanizaciones sea muy costoso acercar un sistema de cloacas, situación que suele ocurrir en algunos ámbitos rurales vinculados a la agricultura familiar o en barrios que están alejados de los centros urbanos.

“Este sistema probado en esta zona del conurbano sur puede ser replicable en otros lugares con condiciones climáticas parecidas: por lo menos en toda la provincia de Buenos Aires, también en Entre Ríos, Santa Fe o Córdoba. Son tecnologías ya probadas en países europeos, pero allá tienen otros climas, otras plantas y condiciones de suelo. Acá hay muy poca información sobre ellas, por eso la importancia de estudiarlas y probarlas en el territorio donde estamos, bajo las condiciones climáticas que tenemos acá”, aseguró Simonetti.

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